Cuentos

La Niña del Río

La Niña del Río

Relato verídico

 Pudo ocurrir en las orillas del Nilo, durante el sereno reinado de Amenofis III, hace más de dos mil años, una tarde templada de verano, con las pirámides de fondo (castillos de arena de un dios niño) y la luna amarilla en el horizonte; pudo ocurrir en las riberas del Ganges hace tres mil años, cerca de donde unos sabios brahmines alzaron tres tiendas para meditar un verso del libro de los Vedas; pudo ocurrir también a orillas del Duero en el año 1324, o del Tíber,...

Beethoven El Sacerdote de Pan

Beethoven El Sacerdote de Pan

(Cuento apócrifo)

Salió al parque y la puerta se cerró tras él con violencia. El  viento arreciaba y caían las primeras gotas. Los árboles eran gigantes ebrios avanzando a su encuentro con las copas en alto desbordantes de tormenta. Una hoja le golpeó una mejilla como mariposa muerta, pero no la sintió, tal era el frío y el alboroto del aire. Con su capa negra desplegada, parecía  (visto desde el cielo) un piano de cola en fuga, o un animal extraño abriendo su única ala inmensa contra...

Las Preguntas de la Esfinge

Las Preguntas de la Esfinge (Cuento Apócrifo)

El modo como Edipo desapareció, no hay mortal que lo pueda contar... Sófocles (Edipo en Colona).

—Padre, ¿a dónde me llevas?

—Antígona, hija y hermana mía, tú me conduces. Yo estoy ciego.

—¿Qué hallaremos al pie de la montaña consagrada a Apolo?

—Grutas.

Sin ser vistos, Edipo y Antígona habían abandonado la ciudad al amanecer. Lloviznaba. Juntos, durante años, habían peregrinado como espectros por caminos desiertos y ciudades, lentamente, calladamente, sufriendo en cuerpo y alma el peor castigo que un griego podía sufrir:...

Apuntes de un astrónomo trasnochado

Apuntes de un astrónomo trasnochado

Si me detengo a pensarlo no lo haré. No escribiré una sola palabra. Si releo lo que he escrito, quedaré petrificado como una víctima de Medusa. Mi memoria no tiene fondo. Si pienso en asomarme por el brocal de esta potencia mía que se ahonda como la pupila de Dios, nada haré. Si arrojo la primera piedra de mi palabra a ese abismo resonante, y espero a oír el eco de la caída para comenzar, no comenzaré jamás. ¿Se ha asomado alguien alguna vez por el iris del gran Hacedor?......

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