El Congreso y una historia con confusiones

«En las notas del sábado 6 sobre el próximo centenario del edificio del Congreso Nacional hay errores», escribe desde Luján el doctor Jorge J. Cortabarría, abogado.

«La autora de la primera yerra cuando afirma que el asesinato del senador nacional electo demoprogresista Enzo Bordabehere ocurrió en 1934, cuando en realidad fue en 1935 -continúa-. Ciertamente, el autor de la segunda tiene razón cuando afirma que la elección del Centro de Documentación de Arte y Arquitectura Latinoamericana (Cedodal) para efectuar la selección de «las cien mejores leyes» es criticable, porque no es un organismo historiográfico ni jurídico. La omisión, por parte del Cedodal, de la ley del sufragio femenino es una muestra acabada de la falta de idoneidad histórico-jurídica de dicha organización. Pero luego en esta nota se cometen varios errores cronológicos graves, a saber:

«El divorcio vincular no data de 1958 sino de 1987 (salvo que se prefiera mentar la efímera ley 14.394, dictada en las postrimerías de la segunda presidencia de Perón, cuyo artículo 31, que instituía el divorcio vincular, fue «suspendido» por el decreto-ley 4-070/56).

«La creación de YPF no ocurrió en 1932 (en que gobernaron José Félix Uriburu hasta febrero y desde entonces Agustín P. Justo), sino en 1922, durante la presidencia de Hipólito Yrigoyen.

«La Ley de Contrato de Trabajo (20.744) no es de 1973 sino de 1974.

«Además, una de las fotos tiene un epígrafe equivocado porque el recinto de sesiones que se muestra no es el del Senado sino el de la Cámara de Diputados», finaliza el lector.

ACRÓNIMOS

Se queja Roberta Yamniuk: «El domingo 7, en el suplemento Turismo, se publicó una nota con el siguiente título: «El cerro Uritorco, allí donde los OVNI son el gran tema». También en el texto se lee «un OVNI», «aparición de OVNI». Ovni es una palabra que está en el diccionario y debe escribirse con todas las letras minúsculas, como cualquier palabra».

Y se queja con razón. La palabra ovni es un acrónimo, proviene de una sigla (está formada con las letras iniciales de la expresión objeto volador no identificado ), pero lo que fue una sigla se lee como una palabra y ha pasado a ser una palabra. Es como láser sida pyme (que debería escribirsepime ). Y, como cualquier sustantivo común, tiene plural: ovnis . En el título citado por la lectora, debería haberse escrito «los ovnis». Y en el texto, «un ovni» y «aparición de ovnis».

DONACIONES AROMÁTICAS

«En una interesante nota sobre el comportamiento solidario en el país, que LA NACION publicó el sábado 13, leo que «los argentinos prefieren dar especias a dinero». Me pregunto: ¿qué harán las entidades receptoras con tanto clavo de olor, coriandro, pimienta o cardamomo? Tal vez, en rigor, la autora del artículo no haya querido referirse a donaciones «en especias», sino «en especie». ¿No es así?», escribe Pilar Leidi.

Es muy probable. Esta confusión es frecuente, aunque suele ir en sentido contrario: hay quienes llaman «especies» a las especias. Sin embargo, dado que las especias no son nada baratas y las modas culinarias han devuelto a los platos muchas que raramente se usaban, tampoco habría que descartar la otra posibilidad: las entidades de bien público que las recibieran podrían venderlas a buen precio y juntar así fondos para sus obras. Pero me cuesta imaginarme una larga cola de argentinos, cada uno con una bolsita de pimienta para donar.

ALUMNOS QUE NO LO SON

Observa Víctor J.Cordovero:

«En la primera plana de LA NACION del domingo 14, aparece un titular que dice: «Más de 720.000 alumnos no concurrren a la escuela». El Diccionario de la Real Academia Española ( DRAE ) define alumno como «discípulo, respecto de su maestro, de la materia que está aprendiendo o de la escuela, colegio o universidad donde estudia» y «persona criada o educada desde su niñez por alguno, respecto de este». Me parece que en este caso no corresponde la denominación de «alumnos» y el título debió referirse a «niños», «personas en edad escolar» o similares. Si no van ni están inscriptos en los colegios o escuelas, no son alumnos.»

GNOSTICISMO

Escribe Sebastián Dozo Moreno:

«Aníbal J. R. Romandetta, asegura que en mi nota «El misterio de Judas», del 28 de abril, cometí un «error muy importante» al decir que el gnosticismo aparece como una rebeldía contra el cristianismo ortodoxo en el siglo II d.C. Y menciona el Evangelio de Tomás , que el erudito Helmut Koester ubica en el año 50 d.C., como prueba de que el gnosticismo no es más que la versión no ortodoxa del cristianismo tradicional.

«Debo decir que el señor Romandetta cae en el error tan común de creer que el gnosticismo es una corriente filosófica clara y definida que nace a la par del cristianismo.

«En sentido estricto, el gnosticismo siempre existió, ya que sus ideas básicas son una constante en el pensamiento de la humanidad; a saber: que la materia y el espíritu son contrapuestos; que la materia es creación del Mal, y el espíritu, del Bien, y que la verdad y la salvación son para unos pocos elegidos que deben ser iniciados en un conocimiento sagrado (gnosis). Estas creencias están presentes en Grecia, Egipto, Siria, Persia, Caldea, etcétera, en todo el mundo pagano antiguo. Por lo tanto, el gnosticismo no sólo es una filosofía contemporánea de la vida de Jesús, sino incluso anterior (el texto gnóstico Eugnosto el Beato es de antes de Cristo).

«Sin embargo, recién en el siglo II, con los gnósticos alejandrinos, el gnosticismo se constituye como un sistema de ideas y creencias definido y declaradamente opuesto al cristianismo tradicional.

«Y en cuanto al llamado Evangelio de Tomás (en el que se afirma que las mujeres no pueden salvarse si no llegan a ser como hombres), si bien H. Koester y J. D. Crossan afirman que es un texto independiente de los cuatro evangelios canónicos y hacen remontar su antigüedad al año 50 d. C., la mayoría de los especialistas (entre ellos, el reconocido profesor de Nuevo Testamento de la Universidad de Notre Dame, en Estados Unidos, John Meier) aseguran que el depende de la tradición sinóptica y demuestran que se basa en los Evangelios de Mateo y Lucas, principalmente.».

Lucila Castro recibe la opiniones, quejas, sugerencias y correcciones de los lectores por fax en el 4319-1969 y por correo electrónico en la dirección dialogos@lanacion.com.ar

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