
“La vida nos resulta demasiado pesada –afirma Freud, con agudeza-: nos depara excesivos sufrimientos, decepciones, empresas imposibles. Para soportarla, no podemos pasarnos sin calmantes del dolor. Los hay quizá de tres especies: distracciones poderosas que nos hacen parecer pequeña nuestra miseria; satisfacciones sustitutivas que la reducen; narcóticos que nos tornan insensibles a ella”.
“En el curso de las últimas generaciones, la Humanidad ha realizado extraordinarios progresos en las ciencias y en la técnica, afianzando así su dominio sobre la Naturaleza.
El hombre se enorgullece con razón de tales...