Exhortación Patética a una Joven Artista, pronta a hacer su Primera Escultura en Mármol
¡Ah! el porfiado e imposible mármol de cuerpo blanco y bello como el de una diosa olímpica, o negro, luciente, y tenso como el de una adolescente etíope que acaba de emerger, en medio de la noche, de un río selvático.
Pero es a ti, divinidad helena, y son tus hombros aún no curvados, aún no precipitados en la sutil cascada de los dedos, que un ademán glacial dejará intactos. Es a ti, bloque de nieve petrificada, informe, que espera la puñalada terca, caliente, del cincel amoroso que ultrajará tu carne no vengada, por siempre no...