El Loco de la Plaza
I
¿A quién dirigirle mi voz? ¿Cómo hallar un espacio para mi palabra silenciosa, entre tanto bullicio? ¿Debería subirme a un banquillo en medio de una plaza provisto de un megáfono, y gritar a los vientos mi sentir y mi pensar esperando a que un transeúnte ocioso o benévolo, o simplemente curioso, se detenga a escucharme? Bueno, eso es, después de todo, lo que estoy haciendo ahora mientras escribo: alzo mi voz en medio de la plaza pública, y tú, lector mío, te detienes a oírme un...