Monthly Archives: julio 2013

La Dicha

La Dicha

Carta a Sissi Zwobada

              Heme aquí. Escribiéndote. Pensando. Añorando el estado lírico. Y hoy medité todo el día aquella sentencia de Schiller: “finalmente, hay que elegir entre alegría de los sentidos, o la paz del alma”, y es verdad. Sólo que mi naturaleza se niega a aceptarlo, o tal vez algo más obstinado que mi naturaleza, mi instinto, o peor, mis hábitos. Sí, creo en esa sentencia; me he convencido. Pero la belleza... Pero el placer.... ¿El placer? No, Sissi, no es el placer, es...

La Filosofía y las Situaciones Límites

La Filosofía y las Situaciones Límites

Carta a un amigo enfermo

  

Amigo, sé que se está "solo" en estas cosas, que uno es el que pasa por los malos trances y que los demás están "ahí". Creo que estas son las situaciones existenciales en las que se palpa la humana condición, que es de relativa soledad. ¿Quién puede sufrir por uno, o luchar?... Por más que hay tanta gente que nos quiere hasta el sacrificio, creo que los momentos de prueba son los que nos dejan librados a nosotros mismos,...

La Razón es el Diablo

La Razón es el Diablo

Carta a Lucas Gallotti

Creo que tenés razón: la idea de Dios nos condiciona, y por tratarse de una idea absoluta (parafraseando a un conocido tuyo) “nos condiciona absolutamente”. Y este es el problema con la religión. Que la mayoría de las veces Dios no pasa de ser una idea, una representación, un imperativo moral que adquirió forma y personalidad en nuestra mente.

"Qué grande eres mi Dios,

si eres tan grande,

que no eres sino Idea.

Es muy angosta la realidad

por...

Las Fuentes de Sevilla

Las Fuentes de Sevilla

Carta a Sissi Zwobada

Me senté para escribir, y me doy cuenta que sólo puedo escribirte a vos una carta. Ni una poesía, ni un cuento, ni una página de ideas o impresiones, ni bocetos de nuevas obras.

Desde mi escritorio, aquí arriba, veo ese bosque magnífico que tengo enfrente mío, como un regalo, como una bendición, como un milagro. Ni siquiera en el Gutiérrez tenía una vista así. Era triste la casa del lago, salvo cuando estábamos juntos, y prendíamos el fuego, y nos amábamos. Pero después, todo...